Hoy Vamos a comentar una de las películas más galardonadas del año 2009 que se ha estrenado en nuestra ciudad a principios del presente: “La Cinta Blanca”.
Se trata de un drama que el año pasado obtuvo, y espero, no dejarme ninguno en el tintero, los siguientes premios:
· premio FIPRESCI.
· En el Festival de Cannes, Palma de Oro como mejor película
· Globos de Oro a la Mejor película de habla no inglesa.
· Premios del cine europeo a la mejor película, director, guión.
Este año ha sido seleccionada por Alemania como candidata al Oscar en la categoría de película de habla no inglesa.
“La Cinta Blanca” lleva a Haneke a una madurez brutal. Veinte años después de sorprendernos con "El séptimo continente": fantástica y, aún hoy, difícilmente superable primera película comercial.
"La cinta blanca" convence más por cómo lo cuenta que por lo que cuenta. Realmente la potencia de la película está en la forma y no el fondo.
Una simple historia, casi una fábula, le sirve a su creador para analizar a una sociedad corrupta, sin intención de cambiar, hipócrita y la vez cruel. Gracias a esta característica la obra pasa de ser buena a convertirse en excepcional.
No hay nada que sobre en la historia, nada que falte. Como en "Caché", Haneke se sustenta en la ambigüedad, no da respuestas. No se necesitan.
Pero donde destaca es en su estética, su ambientación, una maravillosa fotografía en blanco y negro obra de Christian Berger, habitual del director en este campo y que aquí brilla con luz propia, pudiendo casi considerársele casi como la estrella del film.
La ambientación recuerda a la obra de Bergman, la dirección, perfecta, al cine de Kubrick y de Tarkovski.
Transmite magistralmente a través de un perfecto equilibrio entre silencios y sonidos, miradas y caídas de ojos. Entre unas cosas y otras logra que "La cinta blanca" sea una cita ineludible, una de las mejores películas del año.
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