Comentamos hoy la película “Cyrus”.
La ausencia de vida social de John (John C. Reilly) y el hecho de que su ex mujer Jamie (Catherine Keener), se vaya a casar de nuevo, ha marcado su fatal destino de divorciado hasta que, por fin, encuentra a la mujer de sus sueños, la preciosa y apasionada Molly (Marisa Tomei).
La química entre ambos es inmediata, sin embargo, Molly es inexplicablemente reacia a que su relación vaya más allá de sus visitas a la casa de John. Profundamente confuso, John decide seguirla hasta su casa y descubre al otro hombre de la vida de Molly: su hijo Cyrus (Jonah Hill), quién no está dispuesto a compartir a su madre con nadie, especialmente con John.
John y Cyrus se enredan en una pugna de intelectos por la mujer que ambos aman, y, al parecer, al acabar la guerra, sólo puede quedar uno...
John y Cyrus se enredan en una pugna de intelectos por la mujer que ambos aman, y, al parecer, al acabar la guerra, sólo puede quedar uno...
Cyrus se podría meter en el saco de lo que se acuñó como "la nueva comedia estadounidense". Contando, precisamente, con uno de sus exponentes: Jonah Hill. Además de un casi siempre excéntrico John C Reilly, al que vimos recientemente en una gris interpretación de vampiro friki en El Circo de los Extraños. Sin olvidarnos de la siempre correcta Marisa Tomei. Se trata de una película difícilmente catalogable pero que "hizo mucho ruido" en sus últimas andanzas festivaleras por nuestro país. Los actores contaron con total libertad a la hora de los diálogos (me gustaría ver una copia del guión que se les repartió). Cyrus es una historia que te sorprende.
Cyrus es una película indie romántica, dos circunstancias que normalmente no atrae mucho a los medios. Por si esto fuera poco, la cinta no tiene un director destacado ni un actor muy conocido, si exceptuamos a Marisa Tomei (la chica de El Luchador).
Si algo destaca por encima de todo en esta película es que nos encontramos con una historia entretenida, original, con un giro de guión bastante interesante y personajes trabajados que viven situaciones complicadas. Los actores cumplen a la perfección su trabajo, así como los directores de la película, que te conducen narrativamente hasta dónde quieren. Prueba de ello es la escena final, dónde no sabes si la película acabará en un final feliz o trágico.
Esta obra de los hermanos Duplas es una inteligente y observadora comedia dramática en torno al “mentalmente inestable” protagonista, con un complejo de Edipo de órdago, que ve peligrar su cómoda vida al lado de su -en todos los sentidos- admirada madre al iniciar esta una relación con un tipo que conoce en una fiesta (estupendísimo John C. Reilly), quien a su vez estaba al borde de la depresión.
Se inicia entonces una guerra psicológica entre ambos que provoca no pocas situaciones de esas que te hacen reir con ganas y que en un momento dado te congelan la carcajada, al entender que aquello que no están contando es en realidad mucho más chungo y dramático de lo que las cómicas situaciones hacen aparentar.
Se inicia entonces una guerra psicológica entre ambos que provoca no pocas situaciones de esas que te hacen reir con ganas y que en un momento dado te congelan la carcajada, al entender que aquello que no están contando es en realidad mucho más chungo y dramático de lo que las cómicas situaciones hacen aparentar.
Cyrus" pertenece a aquel tipo de películas de las cuales te esperas otra cosa. Todo su envoltorio hace pensar que nos vamos a encontrar con la típica comedia independiente que te va a dar unos cuantos gags algo conseguidos pero de la que no puedes esperar gran cosa más.
La primera escena parece confirmar todas las sospechas, e incluso la escena siguiente reafirma la línea pero hay algo ya en esa fiesta que induce a pensar que la película va a tomar otros felices derroteros.
Primeramente hay que advertir que "Cyrus" posee una serie de personajes más sólidos que los que acostumbran a pulular por este tipo de producciones. Aquí no se trata de apelar al chiste fácil y amenizarlo todo con cancioncitas de pop de autor. "Cyrus" va mucho más allá y apoyado en la espléndida interpretación de John C. Reilly, que carga con uno de los personajes más íntegros que uno ha tenido el placer de contemplar últimamente, destripa una relación a tres bandas en la cual salen a la superficie todas las miserias amorosas y sentimentales que marcan el devenir del ser humano de nuestra era. Desde los celos hacia la nueva pareja de tu ex, al miedo a la soledad y al daño emocional pasando el sentimiento de pertenencia madre-hijo.
Los hermanos Duplass abordan la historia desde el convencimiento del que sabe lo que quiere contar y cómo lo quiere contar, haciendo un ejercicio de condensación narrativa en un ajustado metraje al que solo le falta algo más de intensidad dramática en algunos momentos y algo más de protagonismo por parte de una Marisa Tomei a la que se la encuentra algo desubicada.
En todo caso una agradable sorpresa de dos directores a tener en cuenta que han sabido tratar al espectador como adulto alejándose de tópicos y de rasgos de género anquilosados, construyendo una historia que empieza como una comedia y acaba adquiriendo trazos mucho más dramáticos, y que culmina en una escena final de mágico sabor agridulce.
En nuestra banda sonora por números el número 3 es para “300”
“300” es el relato de la feroz batalla de Termópilas en la cual el Rey Leónidas (Gerard Butler) y “300”“300” se inspira en el trabajo de Frank Miller, creador de “Sin City”. “300” es una aventura épica sobre pasión, coraje, libertad y sacrificio, representados en los guerreros espartanos, los cuales pelearon una de las más grandes batallas de la historia. La película fue co-escrita y dirigida por Zack Snyder (“Dawn of the Dead”). En ella, el excelente libro de cómics de Miller, cobra vida, combinando filmación con actores y fondos virtuales, creando así una imagen fiel a su visión personal de este histórico relato. espartanos, pelearon a muerte contra Jerjes, y su masivo ejército persa. El valor y el sacrificio de los espartanos al enfrentar la insuperable situación, inspiró a toda Grecia a unirse contra el enemigo persa, delineando así el perfil para la futura democracia. La película
Misteriosos. Feroces. Formidables. La civilización de Esparta era una de las más enigmáticas de la historia. Sus hombres eran guerreros perfectos, adiestrados para nunca batirse en retirada y nunca rendirse. -“Los espartanos son un misterio para todo el mundo”- dice Frank Miller, quien escribió el cómic “300”, en el cual se inspiró la película. “Tal vez sean uno de los pocos pueblos que tenían una cultura guerrera, absolutamente dedicada a pelear. Estos soldados tenían un claro código de honor, y de ahí derivaba la clase heroica sin igual que los identificaba, algo no visto con mucha frecuencia”. A eso el co-escritor Zack Snyder agrega: -“Los espartanos vivían para pelear. Les encantaba”- dice él –“Peleaban como si fueran uno solo. Se unían para formar una falange, en la cual cada hombre se protegía con su escudo, el cual a la vez protegía en parte al hombre de al lado. Ver esta formación es intimidante e increíble, y así debe haberlo sido inclusive para las masas de guerreros persas. Aunque los espartanos se encontraran en condiciones desventajosas y en minoría con respecto a su enemigo, siempre estaban dispuestos a morir por su libertad. Para ellos, esa era una muerte hermosa. Se definían a sí mismos a través del sacrificio y de la libertad”.
La primera vez que Frank Miller escuchó nombrar a los guerreros espartanos, fue cuando niño, al ver la película “The 300 Spartans”. Sobre ello él recuerda: -“Me conmovió y me inspiró a la vez, porque me enseñó que los héroes no necesariamente son las personas que reciben una medalla al final de la historia. Los héroes son la gente que hace lo que está bien, por el hecho de que está bien, aunque el precio de ello sea su vida. A través de los años, siempre quise tener la oportunidad de volver a contar esta historia, porque es la mejor que jamás escuché. Al convertirme en dibujante de cómics, se m Para ilustrar “300”, Miller hizo un resumen de su gran investigación, para la cual viajó hasta el mismísimo rocoso entorno de Termópilas. Con su estilo personal – el cual se vió ya en los legendarios cómics de “Sin City” y “The Dark Knight Returns”, llevó la historia de “300” al papel. Dotó a los personajes con el uniforme espartano - el cual entre uniforme y armas, podía llegar a alcanzar la mitad del peso de un hombre - y lo redujo a sus mínimos componentes y símbolos. Para dar dinamismo a la histórica batalla de las Termópilas, que ocurrió en el año 480 antes de Cristo, utilizó elementos anteriores y posteriores al enfrentamiento entre Jerjes y los Griegos. le dio la oportunidad justa para hacerlo”.
Para ilustrar “300”, Miller hizo un resumen de su gran investigación, para la cual viajó hasta el mismísimo rocoso entorno de Termópilas. Con su estilo personal – el cual se vió ya en los legendarios cómics de “Sin City” y “The Dark Knight Returns”, llevó la historia de “300” al papel. Dotó a los personajes con el uniforme espartano - el cual entre uniforme y armas, podía llegar a alcanzar la mitad del peso de un hombre - y lo redujo a sus mínimos componentes y símbolos. Para dar dinamismo a la histórica batalla de las Termópilas, que ocurrió en el año 480 antes de Cristo, utilizó elementos anteriores y posteriores al enfrentamiento entre Jerjes y los Griegos.
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